Yakuzas en la playa: los films de Takeshi Kitano

Rocketeam
10 min readMay 16, 2022

Beat Takeshi: un contexto histórico

Japón es una tierra de extremos, y ningún artista japonés conoce los extremos de este espectro con tanta libertad como lo hace Takeshi Kitano. Aunque el mundo lo conoce como una leyenda del cine, Takeshi es mucho más que sólo eso, es un músico, novelista, pintor, poeta, comediante y también una de las personalidades más queridas de la televisión en su país.

Takeshi nació en 1947 en Adachi, un barrio del norte de Tokio. Creció junto con dos hermanos menores y una hermana mayor en un Japón de post guerra. No es necesario mencionar que los tiempos eran difíciles, la ocupación militar de Estados Unidos traía consigo una gran violencia por parte de los militares americanos hacia los ciudadanos de Japón. Uno de los acuerdos de la ocupación decía que con el fin de eliminar a Japón como una potencial amenaza futura, la nación debía ser desindustrializada, esto llevó a la pérdida de muchos empleos y un crecimiento en los niveles de pobreza de la nación.

En su novela biográfica Kikujiro to Saki Takeshi menciona que su padre, Kikujiro, proveía para la familia realizando una serie de trabajos ambiguos y de mala paga que lo llevaron al alcoholismo y ultimadamente a abandonar a su familia.

También menciona que su madre, Saki, había perdido a su familia desde muy joven, y vivió de sirvienta por muchos años antes de su matrimonio (arreglado) con Kikujiro, por eso mismo ella sabía que la clave para escapar de la pobreza estaba en una buena educación. Saki no quería que sus hijos sufrieran el mismo destino que ella, y por eso utilizaba los pocos recursos que tenía en la educación de sus hijos; el poco dinero que lograba obtener, lo invertía en libros y clases para Takeshi y sus hermanos. Al crecer en un barrio de clase trabajadora, Takeshi cuenta que la gran mayoría de sus vecinos eran Yakuza (mafia Japonesa) y que él, al igual que los chicos de su barrio, admiraban a estos criminales que siempre iban bien vestidos y les regalaban dinero y dulces. “Solo había dos tipos de personas que merecian nuestra admiración, los jugadores de baseball, y los yakuza” explica Takeshi en una entrevista donde habla de su obsesión con estos personajes.

Desde pequeño, Takeshi amaba ser el centro de atención, era un chico muy extrovertido que amaba el béisbol y más tarde el boxing. En la escuela, Takeshi era particularmente bueno con las matemáticas y el dibujo, y soñaba con convertirse en un gran ingeniero para una compañía de automóviles. En la década de 1960, Takeshi fue aceptado en la prestigiosa Universidad Meiji, donde perseguiría su sueño. Durante sus épocas de universitario, Takeshi comenzó a leer a los existencialistas franceses Camus y Sartre, lo que lo llevó a generar una conciencia acerca de su propia mortalidad y a replantearse qué era lo que realmente quería hacer. En este punto es donde hay un poco de debate ya que algunos dicen que Kitano fue expulsado de la universidad, sin embargo el mismo Takeshi afirma que él decidió irse por su propia cuenta. Como haya sido, los siguientes años Takeshi trabajó en lo que se cruzara por su camino, fue mesero, taxista, vendedor, entre otros oficios. Fue durante esa época que Japón comenzaba a tener una nueva ola de comediantes, y en 1972 Takeshi decidió dedicar su vida a la comedia. Fue un inicio rocoso, ya que ningún club de comedia lo quería contratar, hasta que finalmente logró entrar como aprendiz a un club que técnicamente era un club nudista que contaba con un show de comedia. Takeshi trabajó dos años en el club antes de ser notado en el ambiente, para ese entonces se había unido con otro comediante y crearon un dúo llamado “Two Beats”, en el cual los dos comediantes adoptaron los apodos Beat Kiyoshi y Beat Takeshi, un apodo que se quedaría con él por el resto de su vida. La carrera de comediante de Takeshi comenzó a despegar y se convirtió en uno de los mejores comediantes de Japón. Durante este tiempo se casó con otra comediante, Mikiko, y tuvieron dos hijos. Poco después de eso, falleció su padre Kikujiro. Aunque su relación era mala desde que los abandonó, toda la familia estuvo presente en su muerte, donde sus últimas palabras fueron de arrepentimiento hacia su familia.

A inicios de la década de los ochentas, Takeshi ya comenzaba a actuar y escribir sus propios shows. Comenzó a experimentar con su lado oscuro cuando interpretó a un asesino serial para una serie de televisión, y en 1983 dio el gran salto a la pantalla grande con su increíble actuación como un brutal sargento de guerra en la película Merry Christmas Mr. Lawrence (1983), de Nagisa Oshima, donde compartía créditos con Ryuichi Sakamoto y David Bowie.

La leyenda de Beat Takeshi comenzaba a tomar forma. En 1986 creó el show de TV Takeshi’s Castle, donde interpretaba a un conde, dueño de un castillo que contaba con retos absurdos para los participantes que llamaron la atención, no solo de Japón, sino de todo el mundo. Muy pronto se convirtió en un show de culto con transmisión internacional.

Ese mismo año, Takeshi se vio involucrado con una revista sensacionalista que ya le había causado problemas al meterse en su vida privada. Takeshi, enojado, junto con su grupo entero de producción, asaltaron la sede de la revista golpeando a los reporteros, hasta que llegó la policía. A consecuencia de esto, fue sentenciado a seis meses de cárcel y dos años de libertad condicional. Los productores consideraron sacar a Takeshi de la televisión, pero sus programas eran demasiado populares, así que al final se decidió suspenderlo por siete meses de la programación televisiva. Este tiempo favoreció a Takeshi, quien formó su propia agencia, “Office Kitano”. Su regreso a la pantalla fue con la película Violent Cop (1989). La película originalmente había sido planeada como una comedia, pero una serie de problemas entre el director y Takeshi hicieron que el director renunciara al proyecto. La productora le dio la dirección del proyecto a Takeshi, quien reescribió el 90% del guión y convirtió la película en un drama policial oscuro y violento. Entre las historias de la filmación, cuentan que el primer día de rodaje como director Takeshi llegó vestido en un traje de Kendo, gritando y pretendiendo atacar al crew con una espada de bamboo. Después de eso, nadie en la producción estuvo seguro de qué sucedería durante el resto del rodaje.

La película no fue muy popular, pero los críticos comenzaron a notar el talento de Takeshi como director.

Boiling Point

Takeshi había encontrado su camino. No más ingeniería ni comedia, en realidad él quería dirigir películas de drama, y ahora tenía todo lo necesario para cumplir su sueño. En 1990 Takeshi escribe, dirige y actúa en Boiling Point, una película sobre un jugador de béisbol que conoce a un yakuza psicótico, interpretado por el mismo Takeshi. En Boiling Point podemos ver el nacimiento del estilo de Takeshi, el uso de los ingredientes que más tarde volvería a usar en su trabajo: la mezcla de drama con humor no convencional, personajes complejos y violencia alarmante. También podemos observar el inicio de su interés hacia el tema de los yakuza, la mafia japonesa, así como el inicio de uno de mis fenómenos favoritos del cine de Takeshi: la escena de los yakuza jugando en la playa, un recurso que se repetiría más adelante en el cine de este autor. Lamentablemente, a la película le fue muy mal en taquilla.

El año siguiente, Takeshi realizó la película Scene at the Sea (1991) que era completamente diferente a lo que había creado hasta entonces. Esta película cuenta la historia de un recolector de basura sordo que encuentra una tabla de surf en la basura y la rescata para aprender a surfear. A la película no le fue tan mal en taquilla y recibió varios premios. También fue la primera vez que Takeshi trabajó con Joe Hisaishi, el famoso compositor de películas y animación.

Sonatine

Su tercera película regresa al tema de los yakuza, un tema que le seguirá por el resto de su carrera. En Sonatine(1993), Takeshi nos presenta a un yakuza cansado de la vida de crimen que es enviado a Osaka para resolver el conflicto entre dos familias. Sonatine es una obra maestra, en ella Takeshi encuentra el balance perfecto entre una narrativa cautivante y momentos de violencia intensa. Dentro de la película podemos encontrar, una vez más, una serie de escenas de yakuzas jugando en la playa. En esta ocasión se puede notar con mayor facilidad la intención de Takeshi de humanizar a estos mafiosos por medio de estas secuencias donde los criminales se deben esconder en una choza en una playa y sin tener mucho qué hacer, recurren a su imaginación y creatividad para no aburrirse por medio de juegos que en momentos pueden parecer absurdos, pero crean un vínculo emocional entre el espectador y estos antihéroes del bajo mundo.

Sonatine fue exhibida en Cannes y logró gran popularidad internacionalmente… excepto en Japón, donde fue una tragedia comercial. El público todavía no lograba ver a Beat Takeshi como algo más que el comediante que tanto amaban.

En su siguiente película, Getting Any?(1994), Takeshi le dio al público lo que quería: comedia barata para agradar a las masas. Durante dos años, Takeshi regresó a la comedia y a ser amado por su público, aunque detrás de cámaras su vida era otra. Takeshi comenzó a beber de más y se tornó violento y autodestructivo. Su obsesión con la mortalidad había regresado y comenzaba a asustar a su equipo. En 1994, Takeshi tuvo un accidente de motocicleta al manejar en estado de ebriedad. El accidente le paralizó la mitad de la cara. Takeshi declaró que había chocado con la intención de suicidarse, que la frustración de no poder hacer lo que él quería y de no ser tomado en serio en Japón había llegado a un punto alarmante, y este accidente fue su llamado de atención para tomar las riendas de su obra. Sin perder más tiempo, comenzó a filmar su nueva película “Kids Return(1996), la historia de un par de jóvenes que se salen de la escuela para convertirse en un boxeador y un yakuza. Esta película fue el primer éxito de Takeshi en Japón.

Hana-bi

En 1997, Takeshi filma Hana-bi donde regresa a su papel de un policía violento que debe lidiar con la enfermedad terminal de su esposa. Al igual que Sonatine, el film contiene escenas de violencia puntuada específicas del estilo de Takeshi, que se balancean con la mirada nostálgica del ideal tradicional japonés de las obligaciones que debe cumplir el policía hacia su esposa. Takeshi había creado otra obra maestra. Hana-bi fue altamente premiada internacionalmente, y ganó el León de oro del festival de Venecia. Después de este premio, Japón no podía seguir ignorando el talento de Takeshi como director dramático. Además de eso, el oeste comenzaba a notar a este director, los distribuidores en Estados Unidos compraron los derechos para comenzar a distribuir las películas de Takeshi en América. Inclusive se comenzó a notar su influencia en las películas de Hollywood: Su humanización de los villanos se puede notar en los filmes de Quentin Tarantino, uno de los muchos fans que han sido influenciados por Takeshi Kitano. En sus films más conocidos como Reservoir Dogs y Pulp Fiction, vemos largos tramos donde los antihéroes simplemente están pasando el tiempo y discutiendo de forma más humana de la que lo harían simples matones genéricos.

Kikujiro

Dos años después de Hana-bi, Takeshi regresa al cine con Kikujiro, una película completamente diferente, pero sin perder el estilo particular de Beat Takeshi. Kikujiro es una película que balancea la comedia y el drama, así como balancea temas de la infancia con otro tipo de violencia diferente al que hemos visto en sus películas.

La historia de Kikujiro se centra en un niño que vive con su abuela y anhela encontrar a su madre. En su misión por encontrar a su madre, le imponen a un viejo yakuza como su cuidador durante la aventura que está por emprender. La película es más como un road trip en forma de viñetas que simulan el diario de un niño. Cuentan varios momentos del viaje que varían entre terribles, graciosos y enternecedores y, sí, hay una escena donde los yakuzas juegan en la playa.

El título de la película hace honor al padre de Takeshi, Kikujiro Kitano. Takeshi ha declarado en el pasado que aunque sí se inspiró en su padre, el Kikujiro de la película es completamente diferente, ya que está física y emocionalmente presente.

Kikujiro recibió una ovación de pie de cinco minutos en Cannes, donde también fue nominada a una Palma de oro, la cual no ganó. En Japón ganó un premio de la academia por la música que fue compuesta por su colaborador musical, Joe Hisaishi

Legado

Takeshi Kitano es un artista multifacético que sabe bien lo que quiere y no duda en obtenerlo. A la fecha ha dirigido 19 películas, escrito 25 y actuado en 68. En pantalla Takeshi tiene dos caras, Clint Eastwood o Jacques Tati, según lo que esté interpretando. Pero como director, es muy sencillo. Nunca repite una toma más de tres veces. Explicó en una entrevista que “si un actor no me está dando lo que quiero, muevo la cámara para verle la espalda”. Takeshi no cree en estirar una producción solo porque algún detalle de actuación no está funcionando. Es conocido que le gusta trabajar sin guión y deja a los actores reaccionar a la situación. Las personas que trabajan con él comentan que es dedicado y muy asertivo. Takeshi no se limita a seguir las reglas del cine, rompe espacios fílmicos y ejes, sus composiciones pueden parecer vacías y sin sentido. Pero aun así hay cierta magia en su estilo, Takeshi Kitano ha logrado crear un balance que mantiene al espectador preguntándose qué va a suceder, a diferencia de las películas de acción de Hollywood. Takeshi sabe utilizar el concepto Japonés de “Ma” (間) que habla de la necesidad de tener espacios o pausas para intensificar la conciencia de la obra en su totalidad. Lo cual nos lleva a mi punto final:

Yakuzas en la playa

Es mi creencia que Takeshi movió algo muy profundo al crear estas escenas donde los yakuzas juegan y se divierten en varias de sus películas. El género de crimen, en este caso el género Yakuza, tradicionalmente se centra en un incidente que desencadena otra serie de incidentes. En sus películas, Takeshi se pregunta: ¿qué hacen los villanos cuando no están matando a alguien? ¿Qué sucede cuando quito a estos personajes de su elemento? En Sonatine, cuando los yakuza deben esperar en la playa por un largo tiempo, uno se imaginaría un ambiente de tensión, y en su lugar tenemos a un grupo de personas que encuentran la forma de matar el tedio de la manera más primitiva conocida por el hombre: jugando. Pero, ¿por qué la playa?

Takeshi afirma que su interés por grabar escenas en la playa viene de una obsesión personal: “En mis sueños siempre me estoy ahogando, pero también estoy en la playa viendo cómo me ahogo sin hacer nada”. Takeshi explica que el mar es la fuente de la vida, y la vida más compleja en el planeta es el humano, así que pararse en la playa para ver el mar, es ver el inicio de toda la humanidad.

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